La historiografía clásica chilena ha identificado en el proceso político y social que terminó con la independencia de nuestro país tres etapas claramente diferenciadas: la Patria Vieja, que se extendió desde 1810 a 1814; la Reconquista española, que se desarrolla entre 1814 y 1817; y finalmente la Patria Nueva, periodo que va entre 1817 y 1823.
La Patria Vieja (1810 – 1814)
Este periodo se caracterizó porque en la conciencia de los habitantes de Chile se comenzó a emplazar gradualmente la idea de la necesidad de establecer un régimen absolutamente independiente y autónomo de las cortes españolas. Por ello, a medida que la Junta Gubernativa se instalaba en el poder, no tardaron en aparecer diversas propuestas para transformar y mejorar las condiciones generales del territorio chileno.
La Reconquista (1814 – 1817)
Esta etapa de la Independencia de Chile se caracterizó porque en ella se produjeron, en forma paralela, dos escenarios que determinarían el destino del proceso revolucionario.
Patria Nueva y Gobierno de O’Higgins (1817 – 1823)
La Patria Nueva es la última etapa del proceso político y militar que condujo a la Independencia de nuestro país y se caracteriza por la consolidación de la victoria chilena y por el desarrollo del gobierno de O’Higgins.
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