a) Defectuosa delimitación fronteriza, entre las repúblicas de Chile y Bolivia.
b) Difícil situación económica de las repúblicas de Bolivia y Perú.
c) Explotación de riquezas por capitales Chilenos, en la zona cuyos limites no estaban bien precisados.
d) Incumplimiento, por parte de Bolivia del tratado chileno-boliviano de 1874.
e) Aspiraciones hegemonías de Perú en la región del pacifico sur.
f) Confiscación de los bienes de las compañías mineras chilenas y remates de las salitreras ordenado por el presidente de Bolivia general Hilarion Daza.
En ese entonces -1879-, la frontera de Chile llegaba hasta Tarapacá, por lo cual Antofagasta formaba parte del territorio boliviano. Más al norte, Arica e Iquique eran parte del Perú. A pesar de todo esto, la riqueza salitrera que cubría el suelo antofagastino era explotada por capitales extranjeros, fundamentalmente chilenos.
Precisamente un año antes que comenzara la Guerra del Pacífico el presidente boliviano Hiliarón Daza había impuesto a la mayor productora de salitre, la firma chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles Antofagasta, un impuesto de diez centavos de peso boliviano por cada quintal embarcado del producto. Con ello, no sólo quebrantaba los tratados firmados con Chile en 1866 y 1874, sino que demostraba claramente no querer buscar acuerdos pacíficos a los problemas presentes.
Inútilmente la cancillería chilena reclamó lo ilegal del acto boliviano, exigiendo el cumplimiento del tratado de 1874, en el cual Bolivia se había comprometido a no aumentar, durante 25 años los impuestos a "las personas, industrias y capitales chilenos que trabajasen entre los paralelos 23º y 24º".
Chile hizo ver que el cobro de ese impuesto implicaba la ruptura del tratado y que, por lo mismo, ellos podrían hacer valer sus antiguas reclamaciones territoriales. Estas consistían en que la frontera de Chile y Perú se había establecido en el río Loa (23º de latitud sur). Cuando se creo Bolivia, sus gobernantes estimaron conveniente tener salida al mar por lo que se establecieron en Cobija, territorio indiscutiblemente chileno, sin embargo Chile se mantuvo indiferente. Al descubrirse grandes reservas de guano y minas de oro plata y cobre; ante este hecho, Bolivia declaró tener posesión sobre toda la región hasta el paralelo 26º de Lat. sur. La empresa nacional, apoyada por el gobierno chileno, se negó a pagar el tributo que consideraba completamente ilegal. Sin embargo, el gobierno boliviano, que estaba decidido a seguir adelante, ordenó el remate de la compañía salitrera.
De esta forma, llegó el 14 de febrero de 1879, día que los bolivianos habían fijado para el remate de la empresa y fecha establecida para la ocupación por parte de las tropas chilenas.
En esa mañana de 1879 amanecieron anclados frente al puerto de Antofagasta parte de la flota nacional: el Blanco, el Cochrane y la corbeta O'Higgins. De ellos desembarcaron los hombres que, al mando del marino y futuro presidente de Chile don Jorge Montt, tomaron bajo su control la ciudad. Entre los ocupantes de la población (más del 90% era chilena) el coronel Sotomayor, al manejo de las tropas de tierra, avanzó en correctamente hacia la plaza Colón, lugar en que con caballerosidad ordeno al prefecto boliviano Severino Zapata a deponer las armas y rendirse.
Sin otra alternativa, Zapata y sus desarmados soldados partieron rumbo a Calama.
Chile no quería ir a la guerra, pero cuando quedó al descubierto que en 1873 Bolivia había firmado con el Perú un pacto secreto que los obligaba a respaldarse mutuamente ante "toda agresión del exterior", el ministro de Relaciones Exteriores chileno declaró que "la guerra es el único camino que nos queda".
En sesión secreta del Consejo de Estado algunos de sus integrantes, dudosos de las posibilidades chilenas en el conflicto, no se demostraron partidarios de éste. Sin embargo, el 2 de abril de 1879, el Presidente Aníbal Pinto declaró la guerra a Perú.
La Covadonga
Desarrollo
INTERVENCIÓN DEL GOBIERNO CHILENOZarparon con dirección al norte las unidades de la armada chilena, Cochrane y Blanco Encalada, además la corbeta O'Higgins con un contingente militar a cargo del coronel Emilio Sotomayor, el que debía ocupar la ciudad de Antofagasta el día de la subasta, el 14 de febrero.
Esta acción llevó a la declaración de guerra por parte de Bolivia a Chile . Perú hizo lo propio en virtud del tratado de 1873. Chile respondió declarando la guerra a ambos países el 5 de abril de 1879.
LOS INICIOS DE LA GUERRA: LA ORGANIZACIÓN DE LAS TROPAS
Una vez declarada la guerra, el presidente Aníbal Pinto , designó al general Justo Arteaga como Jefe del Ejército de Operaciones del Norte, en abril de 1879, oficial que tenía vasta experiencia y gran ascendiente en el ejército. Sus subalternos
inmediatos eran los generales Erasmo Escala y Manuel Baquedano . En ese momento Chile contaba con cuatro regimientos de infantería, un regimiento de artillería, dos de caballería y un batallón de zapadores, una fuerza operativa total de 2.595 soldados.
LA CAMPAÑA MARÍTIMA (1879)
Desde el comienzo hubo serias diferencias entre el gabinete del ministro Belisario Prats y el propio presidente Pinto , quien se inclinaba por una solución pacífica al conflicto. El Ministro tenía el plan de atacar directamente al Callao, pero Juan Williams , comandante de la Escuadra, quería bloquear Iquique, zona de abastecimiento de los aliados, este plan consistía en que le privaran de recursos a Perú y con esto obligar a su escuadra a batirse en alta mar. Con dicha acción comenzó la campaña marítima. El bloqueo se hizo efectivo desde comienzos de mayo. Cave destacar que el ministerio Prats hubo de renunciar, siendo reemplazado por el que encabezó Antonio Varas. Las naves que debían hacerlo cumplir eran las más antiguas de la armada chilena: la Esmeralda y la Covadonga.
EL CONBATE NAVAL DE IQUIQUE
Un gran espíritu de patriotismo había Chile. Con entusiasmo y valentía, miles de jóvenes se dispusieron a defender los intereses de la patria: "Vencedores nosotros en el mar, el campo de batalla será el Perú", estas fueron las palabras del presidente Pinto... y así sucedió.
La escuadra chilena que se componía de los barcos blindados Cochrane y Blanco más unos cuantos buques de madera, viejos y lentos, entre los cuales estaban La Esmeralda y La Cobardona y estaban muy debilitados en comparación al enemigo.
Perú tenía un mejor ejército humano que Chile (en cuanto a número), contaba con cuatro barcos blindados que conformaban una armada muy poderosa y tenían un histórico predominio sobre Chile, ya que Perú heredó el virreinato.
El 21 de mayo de 1879, la Esmeralda y La Covadonga estaban frente al puerto peruano de Iquique. Cuando Arturo Prat, al mando de La Esmeralda, vio que se iban a tener que enfrentar a dos poderosos barcos peruanos. En la madrugada de ese día, en medio de una espesa niebla, el vigilante alcanzó a ver dos grandes embarcaciones que se acercaban: eran El Huáscar y La Independencia.
La Esmeralda recibió los bombardeos del Huáscar, ya que estaba imposibilitada de moverse por tener malas sus calderas. Cuando ya no quedaba nada más que hacer, Arturo Prat, junto al sargento Aldea y un marinero anónimo saltaron al encuentro del buque enemigo. En su valiente tarea le siguieron el teniente Serrano y varios tripulantes que entregaron su vida por el honor de la patria. Al poco rato, la embarcación Esmeralda se hundió. Eran las 12:10 cuando los botes del Huáscar recogían a los 50 sobrevivientes.
Mientras tanto, Condell, al mando de La Covadonga, se escapaba de la persecución de La Independencia cuando, a la altura de Punta Gruesa, el barco peruano se estrelló contra una roca que la dejó con la parte inferior hecha pedazos. La doble batalla de Iquique terminó dejando a La Independencia, que era una barco clave de la armada peruana, fuera de la batalla. Y el deseo de los chilenos era ganar o morir.
A los pocos meses, la trampa hecha para capturar al Huáscar tuvo éxito: en Punta Angamos se estrelló contra una barrera y tras un desesperado combate en el que murió el almirante peruano Miguel Grau, el barco tuvo que rendirse. De este modo, la ruta hacia el Perú quedaba despejada.
"¡Muchachos: la contienda es desigual! Nunca nuestra bandera se ha arriado ante el enemigo, espero pues que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Mientras yo esté vivo, esa banderaflameará en su lugar, y os aseguro que si muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber.
¡Viva Chile!":
Era el 21 de mayo de 1879, cuando el capitán don Arturo Prat, al mando de la "Esmeralda" y luego de pronunciar esas valientes palabras, dirigiría la batalla hasta dejar su vida en el mar, pero a Chile con la frente en alto: comenzaba la Guerra del Pacífico.
EL FIN DE LA ESMERALDA
Grau espoloneó nuevamente. Ahora saltó al abordaje el teniente Ignacio Serrano con algunos hombres, pero fue abatido igual que su comandante. Los cañones peruanos proferían mortales heridas al débil casco de la corbeta. Un tercer espolonazo mandó a pique a la vieja mancarrona desde la proa, con la bandera al tope. La Esmeralda se hundía a las 12:10 del 21 de mayo. Los sobrevivientes fueron recogidos por el Huáscar. Los cadáveres de Prat y sus hombres fueron enterrados en Iquique y las pertenencias mandadas por Grau a su esposa en un gesto de caballerosidad sin par.
EL COMBATE DE PUNTA GRUESA (21 DE MAYO)
Carlos Condell , comandante de la Covadonga se había alejado de la Esmeralda con el fin de buscar aguas propicias. Se desplazó al sur bordeando la costa. La Independencia, al mando del comandante Juan Guillermo Moore, intentó cazarla, pero su mayor calado no le permitió acercarse mucho. Además, la puntería de sus artilleros era deficiente. En esta carrera, Condell pasó rozando los arrecifes de la costa. Moore lo siguió, encallando su nave cerca de la costa. Al percatarse de ello, el capitán chileno dio la orden de virar la Covadonga, dirigiéndose sobre la nave peruana, cañoneándola hasta que se rindió.
EL COMBATE DE ANGAMOS; LA CAPTURA DEL HUACAR (8 DE OCTUBRE)
Luego de muchas incursiones en la costa chilena, provocando preocupación en el alto mando naval, el Huáscar comenzó a ser perseguido sin cesar, con infructuosos resultados. Finalmente el "Cochrane " a la altura de Angamos salió al paso del Huáscar y obligó a aceptar el combate. El primer disparo del Cochrane, a una distancia de 2.200 metros, perforó al Huáscar a un pie de la línea de flotación y además causó numerosas víctimas. Otro disparo corto un elemento importante de la rueda de combate, dejándola casi sin gobierno, y un nuevo disparo perforó la torre de mando y estalló dentro de ella, destrozando gran parte del barco y dándole muerte al Almirante Grau. Luego llegó el Blanco al campo de batalla, de esta manera comenzaba de nuevo la persecución, hasta que el Huáscar arrió su bandera en signo del triunfo del contrario, esto sucedió a las 10:55 después de dos horas de desigualdad y glorioso combate. El perú de esta manera perdía el mejor de sus buques, y también sufría la pérdida de uno de sus más valiosos, valerosos e inteligentes marinos; Miguel Grau Seminario. Quedaban abiertas las costas peruanas a la invasión.
LA CAMPAÑA DE TARAPACÁ 1879: Hasta este momento el gobierno no pensaba en anexarse Tarapacá y sólo pensaba y deseaba la posesión de esa provincia como garantía del pago de una fuerte indemnización. Tarapacá era el centro de los recursos económicos del Perú y su dominio le daría a Chile un punto a favor en la guerra, ya que se temía, de una intervención europea. Pues cabe advertir que el interés de Perú era poner en contra de Chile a los Ingleses y de otras nacionalidades existentes en las compañías salitreras de aquella provincia. A fines de octubre, un ejército expedicionario de 10 mil hombres de embarca en Antofagasta al mando del general Erasmo Escala, militar de la vieja escuela, formado en tiempos en que el valor decidía los combates. PISAGUALA BATALLA DE DOLORES
Después de haber perdido Pisagua, el ejército peruano-boliviano, nueve mil hombres al mando del general Buendía, marchó de Iquique al puesto de Dolores, sin saber que las tropas chilenas comandadas por el coronel Emilio Sotomayor ya las habían ocupado con seis mil soldados. Se habían fortificado fuertemente en el cerro Dolores o de San Francisco, a cuyo pie había una oficina salitrera y un pozo de agua donde, finalmente, se desarrolló la batalla. Las fuerzas se encontraron el 19 de noviembre. Luego de un intercambio de artillería, al que siguió el ataque de la infantería perú-boliviana por la falda del cerro de San Francisco y el contraataque de la chilena, que lo hizo retroceder hasta el bajo en un furioso cuero a cuerpo. Los aliados abandonaron el campo sin ser perseguidos, lo que permitió salvar la mayor parte de sus tropas y proporcionar más tarde a los chilenos la derrota de Tarapacá.
EL COMBATE DE TARAPACÁ
Después de Dolores se avanzó hacia Iquique, a reunirse con los fugitivos en el oasis de Tarapacá por lo que Chile quedaba en posesión de un territorio rico en recursos. El error de no cerciorarse del número del enemigo, motivó a que se enviara una división de dos mil hombres, cabe destacar que estos hombres contaban con escaso provisiones y municiones y falta totalmente de agua, un elemento indispensable en toda operación en el desierto. El peruano Buendía había logrado juntar en Tarapacá cinco mil hombres, incluyendo los defensores de Iquique, que le aportaron abundantes municiones. El mayor chileno Jorge Wood intentó contraatacar, pero la falta de municiones y agua, además del cansancio, hizo que el éxito inicial de esta carga se desvaneciera. La llegada de Baquedano alivió en algo la desastrosa situación. El combate fue un desastre para las armas chilenas ya que sus hombres quedaron reducidos en un 32%. En este combate murió el comandante Eleuterio Ramírez. Después del combate Buendía se retiró hacia Tacna por la falda de la cordillera y llegó con sólo 3.700 soldados. Las fuerzas chilenas fueron arrasadas. La campaña de Tarapacá dejaba en poder de Chile la rica provincia salitrera del mismo nombre, cuyas entradas sirvieron para financiar la guerra.
LA CAMPAÑA DE TACNA (1880): PREPARATIVOS
Para asegurar la ofensiva del mando militar después de cavilaciones que habían inmovilizado al ejército, el gobierno entendió que era necesario establecer un mando político en la ciudad de Iquique, que había sido ocupada por Latorre . Patricio Lynch ejerció la jefatura del gobierno político con gran eficacia, comenzando por organizar los servicios locales y un municipio con cónsules, de una eficacia admirable. En lo militar, para concretar la campaña, desembarcaron en Ilo trece mil soldados, asegurando la retaguardia.
LOS PLANES DEL GENERAL BAQUEDANO
El plan de Baquedano era detener el frente del coronel Andrés Gamarra, que se dirigía a Arequipa con dos mil hombres de la artillería y la infantería. Pretendía hacerlo en la quebrada de Tumillaca, para cortar la retirada, y escalar con el regimiento Atacama el acantilado del norte por el camino de Guaneros. La maniobra resultó exitosa. El día 22 de marzo los soldados treparon por el escarpado y sorprendieron a los peruanos indefensos, los que retrocedieron desbandados. Los chilenos protegían de esa forma su retaguardia, inflingiéndole a sus enemigos una fuerte derrota.
LA BATALLA DE TACNA (26 DE MAYO)
Desde tiempo atrás se venían produciendo desacuerdos entre el general Escala y el ministro Sotomayor. El primero renunció al cargo y fue designado en su reemplazo el General Muel Baquedano. Luego de la muerte del ministro Sotomayor , poco tiempo después en el campamento de Bella Vista, suceso lamentable que iba a privar al ejército del hombre que había sido organizador de la victoria. Los aliados en número de 8.500 peruanos y 5.000 bolivianos, ocupaban el campo de la alianza, un poco más al norte de Tacna. Los mandaba el general Narciso Campero, nuevo presidente de Bolivia. Baquedano dispuso de una fuerza total de cerca de quince mil hombres para sus acciones en el norte, que de aquellos participaron sólo 10.000 ya que el resto quedó en retaguardia. En la mañana del 26 de mayo la artillería abrió los fuegos dando inicio a la batalla de Tacna. La superioridad de la artillería chilena destrozó las líneas del ejército aliados, a lo que siguió una carga de la infantería comandada por el coronel Amengua, que se detuvo por falta de municiones. Más tarde, el coronel Pedro Lagos atacó sorpresivamente, provocando la huida de las tropas aliancistas. Los Bolivianos que no volverían a participar en la guerra, tomaría el camino del altiplano. Los peruanos, completamente desalentados, huyeron hacia Arequipa.
La alianza perú-boliviana quedaba desecha
EL ASALTO Y TOMA DEL MORRO DE ARICA (7 DE JUNIO DE 1880)
Como bastión de la defensa peruana, el morro de Arica era fácil de proteger. Su acceso era complicado, ya que tiene una altura de 133 metros sobre el mar, y además estaba protegido por 2.000 hombres, al mando del coronel francisco Bolognesi. Y dominaba buena parte del plan y el puerto. La planicie del morro se fortificó previendo un ataque marítimo, único posible hasta ese momento. No obstante, la importancia del morro para las comunicaciones entre las fuerzas chilenas hacía vital su captura. Se designó al coronel Lagos . Se fabricó un puente sobre el río Lluta, para acceder más libremente al morro, y una vez cercado se pidió la rendición del general Bolognesi.
Bolognesi rechazó la petición. Con una estrategia inteligente, Lagos hizo creer al comandante peruano que atacaría por el norte, pues una columna se desplazó hacia ese punto. Mientras el verdadero ataque se gestaba por el sur y de noche, ya que los fuegos del campamento permanecieron encendidos. El ataque fue exitoso, rápidamente destruyeron la línea defensiva y siguieron subiendo, lo mismo sucedió en las siguientes defensas del Morro, hasta que llegaron a la cima como una turba infernal, destruyendo todo lo que estuviera a su paso. El Morro era chileno luego de cincuenta y cinco minutos.
Al finalizar la campaña de Tacna, quedaba en poder de Chile toda la parte sur del Perú, hasta el río Sama.
LA CAMPAÑA DE LIMA (1881)
La organización de las fuerzas para ir en expedición contra Lima fue dirigida por el propio presidente Pinto y José Francisco Vergara. El ejército aumentó su dotación en 42.000 hombres. Con la derrota del ejército peruano del sur, el presidente Piérola intentó reorganizar sus tropas en la defensa de la capital en una línea fortificada que cortaba todos los accesos a la ciudad por el sur y que se creía impenetrable. El número de sus fuerzas, con la ausencia de sus mejores cuadros y jefes llegaba a 26.000 soldados de línea y tenía una reserva de segunda línea de 13.000 hombres.
LA TOMA DE CHORRILLOS (13 DE ENERO)
El mando chileno decidió atacar de frente con 22.000 hombres y 80 cañones, a la larga línea defensiva que había tendido Piérola para proteger la capital. Con gran esfuerzo en Chorrillos, al mismo tiempo que en el morro Solar, se luchaba por tomar ese balneario. La defensa fue tenaz, pero a las 14:00 horas todo había terminado: el triunfo de los chilenos era absoluto. De los chilenos que participaron en la toma, hubo una baja de una quinta parte y entre los peruanos seis mil de los veinte mil hombres fueron muertos y heridos. Del resto, varios cientos fueron hechos prisioneros, otros se reagruparon en Miraflores y huyeron.
Baquedano, que no era hombre de planes complicados y que tenía confianza en sus tropas, ordenó el ataque frontal a sus soldados y con esto consiguió la victoria.
LA BATALLA DE MIRAFLORES (14 DE ENERO)
Las acciones fueron rápidas, luego de una breve tregua. Barceló, apoyado por la artillería de la Escuadra, atacaba por el flanco derecho de los peruanos. Urriola retrocedía combatiendo. Lagos , a pesar de sus escasos hombres, apoyó eficientemente a las fuerzas de Urriola y Barceló, con lo que se aseguraba el flanco derecho. Lagos aprovechó el buen ánimo de sus soldados y lanzó un ataque contra el fuerte y la doble línea de trincheras. Barceló cayó abatido y fue reemplazado por el comandante Demófilo Fuenzalida, logrando el triunfo final de los chilenos.
LA CAMPAÑA DE LA SIERRA:Después de la ocupación de Lima, Cáceres y otros jefes peruanos se retiraron a las sierras, donde organizaron montoneras formadas en gran parte por indios crueles y salvajes, o por mestizos sin disciplina militar
EL COMBATE DE SANGRA. (26 DE JUNIO DE 1882)
Uno de los combates más heroicos de la guerra tuvo lugar en Sangra el 26 de junio, en el territorio peruano de Canta, y tuvo como protagonista a una compañía de 52 hombres del regimiento Buin a cargo del capitán José Luis Aravena. Al mediodía las fuerzas del coronel peruano Vento bajaban hasta el valle para envolver a las tropas chilenas. Un nutrido fuego de fusiles se desarrolló toda la tarde. Los chilenos fueron rodeados; un grupo salió en busca de refuerzos, mientras otro mantenía la defensa valientemente hasta que llegó la ayuda y se revirtió la situación.
LAS BATALLAS FINALES: LA CONCEPCIÓN Y HUAMACHUCO
Las batallas finales de la guerra fueron muy desiguales. Pequeños destacamentos en alejadas aldeas fueron atacados como fue el caso de La Concepción. Un grupo de 77 soldados chilenos al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto resistió hasta la muerte a una montonera de cientos de hombres, el 9 de julio de 1882. La defensa fue tenaz y sólo al día siguiente los últimos cuatro sobrevivientes fueron ultimados. La batalla final fue la de Huamachuco, exactamente un año después, en la que se derrotó definitivamente a los peruanos.
Blanco
Consecuencias
En Perú se formó con muchas dificultades el gobierno del general Miguel Iglesias bajo el amparo de las armas chilenas, con el cual se pudo celebrar un acuerdo. Este fue el tratado de Ancón, ocurrido en 1883, y con el cual se terminó la guerra y estipuló las siguientes condiciones principales:
1. - Perú cedía a Chile, a perpetuidad, el territorio de Tarapacá.
2. - Perú cedía a Chile, temporalmente, los territorios de Tacna y Arica. Luego, en 1929, los gobiernos de Carlos Ibañez y Augusto Leguía celebraron un tratado que adjudicó Tacna al Perú y Arica a Chile (línea de la concordia).
3. - Se fijaron diversas disposiciones sobre la venta de un millón de toneladas de guano que había ordenado el gobierno chileno, cuyo producto líquido debía ser dividido por mitades entre Chile y las empresas extranjeras acreedoras del gobierno peruano.
Con Bolivia se hizo un simple pacto de tregua que declaró terminada la guerra (1884). Según este, Chile mantendría la ocupación del territorio de Antofagasta, ejerciendo plena soberanía. Además se fijaron algunas disposiciones comerciales y aduaneras.
Luego, en 1904, se firmó el tratado definitivo en el cual Bolivia cedió el territorio de Antofagasta y Chile se comprometió a construir un ferrocarril de Arica a La Paz, permitió el libre transito de las mercaderías bolivianas y pagar en dinero una compensación.
Principales consecuencias de la guerra del Pacífico
# Chile amplió su territorio con las actuales provincias de Tarapacá y
Antofagasta.
# El país quedó convertido en una potencia militar de primer orden en
Latinoamérica.
# La posesión del salitre significó disfrutar de una riqueza extraordinaria.
# El Fisco aumentó sus entradas y creció la fortuna de los círculos mineros,
comerciales y bancarios.
# La población proletaria de los distritos del norte aumentó y adquirió mayor
importancia.
# Se acentuó la influencia del capital inglés.
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